Nos encontramos en la Shell de General Paz (y Av. Constituyentes) lado provincia. Ya pintaba un día espléndido y a pesar de ser tan temprano no hacia frío, y así fue como a las 7:15 hs, luego de una charla explicativa del recorrido a cargo de Charly (01)... partimos...

 

El sol fue saliendo de a poco para ir saludando a estas esplendidas máquinas con un cielo entre anaranjado y violeta suave. Una paradita en el camino para  cargar y descargar, termos y humanidades respectivamente, ya que los 175 kms se hacen un poquito largos.

 

Como  caracteriza a las caravanas  del Club del Taunus Argentina prima la prudencia (nunca se han excedido los 110 Km/h) y la buena imagen, que nuestro Club sabe generar, en la ruta, paradores y los lugares de destino.

 

Al fin llegamos al pintoresco pueblo agrícola de Salto  y giramos justo adelante del cementerio que luego nos comenta  José Maria, Socio 13 (enviado cultural del Club), es donde está la tumba de “Pancho Sierra” un discípulo de la famosa Madre María.

 

En el predio tuvimos el pequeño inconveniente que había bastantes arbustos y nos perjudicaba un poco la distribución de los vehículos, pero como siempre nos arreglamos igual, y hasta nos quedo el gazebo en una fresca y reparadora sombrita.

 

Cabe acotar la buena predisposición de los organizadores  del evento que además de sorteos, certificado de participación  y un delicado trofeo, nos brindó unos exquisitos choripanes con chorizos caseros de campo como almuerzo.

 

Entre la música, los equipos de potencia y algunos “motorcitos” un poquitito enfierraditos para algunos nos fue un poco difícil descansar a la tardecita, menos aun si alguno con un equipo de potencia en el baúl custodiado por tres calaveras  y una bola de espejos donde los  rayos del sol  reflejan y  parece que  están sacando fotos continuamente, ja ja, la bola ochentosa nos hacía sentir como Jhon Travolta en fiebre de sábado por la noche, a pesar que era un domingo por la tarde.

 

Igual, enfrente del predio se encontraba un pequeño río con una bucólica costanera sembrada de sauces, cañas tacuaras y pescadores de mojarritas, que brindaba un exquisito momento de relax y de amnesia de los problemas de la Ciudad, en el cual algunas parejitas podían pasear románticamente.

 

Terminando  la tarde y enseguidita de la entrega de premios y sorteos emprendimos la vuelta, previas fotos en una plaza la cual estaba custodiada por una iglesia preciosa que databa del año 1800.

 

Como todo domingo de sol la ruta a la vuelta estaba un poco congestionada pero nada empañaría los lindos momentos grabados en nuestras retinas, con la familia, hijos, esposa, novia, etc. Y el aire fresco y puro que nos impregnó los pulmones junto a nuestras preciosas máquinas y la gran familia del “Club Taunus Argentina”.